Manteniendo el equilibrio ecológico
En Bloque Misión ya rescatamos y reubicamos 11.883 plantas, y hemos reforestado 6 hectáreas con 1.344 nuevos individuos de flora. Magdalena Mata nos cuenta el progreso de esta iniciativa y los desafíos que conlleva.
En México estamos llevando a cabo una importante tarea de reforestación y rescate de especies nativas en un predio de 60 hectáreas ubicado en el campo Santa Anita del Municipio de Camargo Tamaulipas, dentro del Bloque Misión. Esta iniciativa significa una oportunidad para demostrar cómo el desarrollo y la protección ambiental pueden ir de la mano, entendiendo que cada intervención que hacemos en la naturaleza conlleva una responsabilidad inherente: restablecer lo que hemos alterado.
Magdalena Mata, Health, Safety and Environment Lead Supervisor, nos cuenta los lineamientos del proyecto. “Cuando se requieren modificaciones operativas, tenemos que incluirlas en una Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) para mostrar los impactos negativos y positivos que va a haber en el área a partir de esos cambios, como el aumento de empleo o la construcción de caminos para mejorar la conexión de las comunidades que viven en esa zona”.
“Actualmente estamos reubicando y reforestando con especies de la zona. Es una tarea desafiante, porque el predio se ubica a unas dos horas de nuestra base operativa, es árido y es un hábitat de la serpiente de cascabel, por lo que es necesario entrar con equipamiento de seguridad”, remarca Magdalena.
“Primero hicimos un centro de acopio, y allí hemos ido colocando todas las especies que rescatamos para revisarlas y cicatrizarlas. A otras les hacemos esquejes para que se reproduzcan, y a los individuos que encontramos completos les ponemos enraizadores, geles y fertilizantes al momento de trasplantarlos en el predio”, detalla. “Inicialmente, en nuestro predio hicimos un diagnóstico que implicó revisar las características del suelo, como el nivel de fertilidad y los nutrientes disponibles para que crezcan los nuevos ejemplares. Sin embargo, los análisis de agua en el lugar dieron que es salada, lo cual no es bueno para las plantas, por lo que tuvimos que instalar tanques y dos veces por semana vamos a llenarlos para garantizar el riego. También hicimos evaluaciones de especies idóneas para reproducir mediante sus semillas”, agrega Magdalena.
Otra dificultad que señala es la restricción de acceso al predio, hay días específicos para acceder y solo puede hacerse en horario diurno. A su vez, debemos respetar los protocolos de seguridad para prevenir incidentes y eventos consecuencia del crimen organizado en la región.
A pesar de los desafíos, Magdalena reivindica el compromiso y la labor de su equipo. “Al momento que hacemos un cambio de uso de suelo, provocamos un impacto, pero lo estamos compensando. No solamente estamos reforestando y rescatando especies, sino que también arreglamos caminos y brechas para uso de las comunidades de la zona, todo eso tiene un valor adicional”, destaca.
Un paisaje nuevo
Actualmente ya reubicamos 11.883 individuos, que fueron incluidos en un programa de monitoreo mensual para garantizar el 80% de su sobrevivencia. Asimismo, ya se reforestaron 1.344 de un total de 49.534 plantas. Estos números se desprenden tanto de la MIA Regional como de los 21 Estudios Técnicos Justificativos de Cambio de Uso de Suelo en Terrenos Forestales (E.T.J.C.U.S.T.F.) que realizamos hasta el momento.
“La MIA Regional que presentamos fue aprobada por la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) del Gobierno federal el 4 de diciembre de 2019, y ya lleva 16 modificaciones, que representan cada una de las actualizaciones de la operación. Por cada una de ellas, tenemos que reubicar las especies protegidas de flora y fauna que se encuentren en el lugar, y además tenemos que reforestar otras áreas que nos indica la autoridad, como compensación por el uso del suelo para hacer las obras”, explica Magdalena.