El programa de Tecpetrol cumplió cinco años y realizamos un encuentro donde referentes de la fundación Encontrarse en la Diversidad invitaron a reflexionar acerca de aquello que nos distingue, pero a la vez nos une.

¿Qué nos hace ser quienes somos? Podemos empezar por nuestros rasgos, nuestras características innatas, pero también es necesario contemplar la idiosincrasia, la religión, las costumbres y los valores. ¿Gustos, hobbies, profesión? Por supuesto, son piezas del rompecabezas. Pero aún así no alcanza, limitarse a la experiencia individual sería tener una mirada incompleta de la realidad humana. Ahí es cuando entra lo colectivo en la ecuación, porque no podemos pensarnos sin otras personas. Nuestras vidas están inmersas en un contexto social que nos aporta un marco de referencia. Desde la familia hasta la comunidad, desde la escuela hasta el trabajo, todas son instancias de intercambio con alguien más, y es en esa diversidad donde encontramos oportunidades para crecer, aprender y definir nuestras identidades.

Reflexiones como la anterior se compartieron durante la celebración del quinto año del programa +d, nuestra iniciativa que pone en valor las particularidades de cada integrante y las vuelve una fuerza mayor que impulsa el trabajo de cada día. Esta vez, el evento se realizó en colaboración con la fundación Encontrarse en la Diversidad. “Venimos trabajando hace 18 años en la lucha contra toda forma de discriminación y en la promoción de derechos. Y para poder alcanzar ese objetivo entendemos que tenemos que trabajar con todas las personas y en todos los lugares”, contó Florencia Fisch, directora ejecutiva de la organización.

“La identidad tiene que ver con el bagaje enorme que llevamos de otras identidades. A mí me constituye mi pasado y mi presente, cosas que yo transformé a lo largo de mi vida. La identidad se sigue construyendo, y tiene algo de individualidad porque es lo que me define como única e irrepetible. Y también me ubico en relación a otros colectivos”, profundizó Mercedes Monjaime Aguiar, directora del Consejo Asesor de la fundación.

“Se trata de que nuestras particularidades no nos separen, si no en lo que sí tenemos en común”, dijo Julieta Delorenzi, Cultural Transformation Sr. Manager, al comienzo del evento.

“Conectores culturales” fue la consigna del encuentro, donde se invitó a quienes colaboran a elegir tres características propias que los identifiquen individualmente, pero que también los puedan conectar con sus pares. “Todos los seres humanos generamos instancias que nos pueden conectar o no con otra persona. Cuanto más canales se habiliten en nuestras vidas, más fácil va a ser conectarnos”, explicó Ariel Dorfman, presidente de Encontrarse en la Diversidad.

“La identidad es aquello que nos va constituyendo y nos va dando forma”, comentó Laura Mercedes Contreras Santos, colaboradora de la organización, quien hizo hincapié en la importancia de los rasgos tanto positivos como negativos, lo que nos enorgullece y los que nos puede generar vergüenza, miedo o incluso dolor. “Nuestra identidad, que es herencia, es memoria, también tiene rasgos que pueden no gustarnos tanto, y cuando logramos ser conscientes de eso es cuando ocurre el cambio”, remarcó.