Única ingeniera en la familia, la Facilities Lead Supervisor en Ecuador, cuenta en qué consiste su tarea y los grandes desafíos en su trayectoria de 8 años en Tecpetrol.

Cada 14 días, Diana arma su maleta con la computadora, su agenda, sus básicos de higiene y un puñado de snacks saludables. Toma en Quito el vuelo de una hora que la llevará, una hora y media después en bus, al yacimiento de Shushufindi. Allí pasará las siguientes dos semanas en el campamento de Tecpetrol en la Estación Central de EP Petroecuador.

"Trabajo en el sector de Construcción de facilidades en superficie para la industria petrolera, enfocada en el área de Calidad, para que cada etapa esté bajo norma, desde el inicio del proceso de ejecución del proyecto en campo; desde que entre el taladro a perforar hasta que se pueda llevar el crudo a su disposición final". Así describe Diana Cedeño su tarea como Facilities Lead Supervisor. En entrevista con Tecpetrol Hoy, cuenta que el trabajo bajo presión y en equipos, tanto en el campo como en el escritorio, caracteriza su función.

Durante los 14 días que transcurre en el yacimiento –donde quedan sus botas, su overol y su casco– la rutina adquiere una dinámica variable, de acuerdo a la etapa del proyecto a la que está dedicada. En ocasiones se la puede encontrar supervisando una obra civil, mecánica o eléctrica, coordinando con equipos y en otras ocasiones ordenando los documentos para entregar al cliente. Las tecnologías de la información la ayudan a conectarse con su familia. 

Lleva 8 años trabajando en Tecpetrol y 13 en la industria. “Como todo, tiene sus pros y sus contras: a veces te pierdes los eventos familiares y las fotos, pero tienes los 14 días de descanso para ir de viaje, salir por los cafés y compartir con la familia”, detalla. Su último viaje, a las Cataratas del Iguazú, coincidió con la final de la Copa del Mundo, donde el equipo argentino resultó campeón. "Lo mío es turismo de naturaleza, aquí en Ecuador consigues paisajes biodiversos, en poco tiempo y distancias cortas: Galápagos, la costa, la sierra andina y amazónica, donde disfruto mucho de la exuberante vegetación, los animales y los atardeceres".    

Allí, en el corazón de la selva amazónica, está también el yacimiento donde trabaja. "En la industria se busca que el impacto ambiental sea mínimo, tanto en el destino de los desechos hasta el sonido, y en eso la tecnología ayuda, pero todos estamos llamados no solo en la industria sino también en casa: el uso adecuado de recursos es fundamental para el planeta".

El gran desafío de su carrera lo vivió en Tecpetrol, en 2014. "Cuando tuvimos ocho taladros trabajando a la vez, 4 de perforación y 4 de workover,  y aproximadamente 2500 personas moviéndose al mismo tiempo en distintos puntos del bloque”, detalla. “Un buen trabajo en equipo y coordinación, permitió que todo funcione sin horas muertas y sin accidentes, cumpliendo con los estándares de calidad", agrega. Entonces fue cuando puso todo su tiempo, intelecto y liderazgo al máximo de exigencia. "Fue un desafío mayor haber entregado en tiempo y forma", completa.

El trabajo en equipo es una de las marcas de su perfil. "En nuestro equipo somos muy pocos, cuatro varones y una mujer, y soy muy comunicativa con la organización de los documentos y tareas por hacer, que nos ha ayudado a que el trabajo se encamine", describe. Pero también destaca el vínculo que mantiene con el equipo. "Mis compañeros son muy buenos en lo que hacen, son generosos en compartir los conocimientos, así también como para pedir ayuda y comunicarse". 

La mujer en la industria

Menor de cinco hermanos, Diana es la única en la familia dedicada a los números y la ingeniería. “A veces subiendo a revisar un tanque de cinco pisos de altura, en el andamio con todo el equipo de seguridad puesto, pienso y es difícil explicar a qué me dedico”, reflexiona. “Estoy en los pequeños grandes detalles, que son los que marcan estos hitos”.

Ingeniera electrónica en Automatización y Control por la Escuela Politécnica del Ejército, le ha tocado ser la única mujer en algunas clases. Y también escuchar de los profesores comentarios como “pase, a ver si es verdad que usted estudió”. Si bien coincide en que algo ha cambiado en los últimos años, “ en la industria está arraigado aún el machismo, comentarios fuera de lugar, tanto del cliente como de compañeros; mi forma de actuar ha sido no entrar en peleas sexistas, sino demostrar con mi trabajo que es un tema de merecimiento, liderazgo y capacitación continua”.

Su experiencia confirma sus palabras. "En Tecpetrol he tenido una ventaja: la apertura de mi grupo de trabajo, en el que hoy soy parte como un igual. Sin embargo, cuando ingresé a la industria petrolera como supervisora escuché que alguien dijo: “¿pero cómo van a dejar a la gente sin supervisión? ¿¡dónde está el supervisor?!”, cuenta con una sonrisa. “Dar por sentado que están hablando con alguien preparado ha marcado toda mi historia en Tecpetrol”, agrega.

“Muchas veces entienden que las mujeres estamos para las tareas administrativas y también que las pocas mujeres que tenemos actividades consideradas de hombres nos olvidamos de la femineidad”, describió. "Cuando hablamos de igualdad no es que queremos parecernos a los hombres; se trata de igualdad de derechos y de oportunidades en base a merecimiento”.   

Hiperactiva, amante de la montaña y el café, Diana Cedeño está conectada con su rol. “En el mundo ocurren cosas que eran impensables en el siglo XXI, y cada uno desde su sitio de trabajo puede aportar al cambio”.