VER MAS NOTICIAS

Siguiendo la luna yo llegaré lejos

Andrés Dip, Maintenance Lead Supervisor, es también fotógrafo aficionado. De sus fotos, su pasión y sus planes hablamos en esta nota.

Andrés es supervisor. Su trabajo específico es estar atento a lo que lo rodea. Su jornada diaria transcurre entre la CPF (Central Processing Facility), la EPF (Early Processing Facility) de Fortín de Piedra, pads, puntos de medición fiscal, Tratayén, Los Bastos. A todos esos lugares, siempre que puede, lleva su cámara: “Mi equipo es muy pesado, por eso cuando viajo en la combi no lo llevo, pero cuando estoy en la camioneta viaja al lado mío, en el asiento del acompañante, con el cinturón puesto”.

Atenta a su entornoA punto de huir del fotógrafo.

“Muchas de mis fotos son espontáneas, porque siempre estoy con la máquina. Cuando estoy de recorrida por la tarde, miro mucho a mi alrededor. Tuve la chance de ver un zorro saltando, caballos jugando, ñandúes, un piche cruzando la ruta, arañas, culebras, mucha fauna: es lo que me gusta”.

Pero no todas son producto de la repentización. Hay fotos que llevan planeamiento: meses de preparación, aprendizaje y un software especial: “Utilizo una página que me informa sobre los horarios y los lugares por donde saldrá la luna. Por ejemplo, me dice que a las cinco de la mañana estará saliendo tras determinada meseta. Voy a poder ver ese paisaje que me imagino. Es una ventaja porque me puedo preparar para captar el momento”.

Alas desplegadasEl cielo perfecto de la Patagonia.

Andrés estudió fotografía pero de forma autodidacta. Dice que es su manera de encarar las cosas. Cuando tuvo que decidir qué tipo de imágenes quería hacer, eligió inmortalizar las imágenes que le brinda la naturaleza. Vive y trabaja en regiones que le dan a su ojo lo que su ojo necesita: si no está en Fortín de Piedra recorre mucho Plottier, pegada a Neuquén Capital: ”Suelo ir a la mañana temprano al botánico de mi ciudad y veo muchas especies de animales, aves. Siempre con paciencia. Es la clave”.                                                

Paciencia y contexto. “Me pasó una tarde: encontré a través del lente un paisaje hermoso en Los Barreales. Yo quería saber cuándo y a qué hora iba a ver a la luna saliendo desde atrás de las montañas del lago, en una zona donde a unos kilómetros hay un equipo de perforación. Con la aplicación pude programar la foto: me avisó que ese día tenía una ventana de seis minutos en la que la luna y el sol iban a coincidir. Se veía al frente la luna saliendo, dorada, mientras detrás el sol, cayendo, me permitía ver todo el paisaje iluminado. Tardé un mes y seis minutos: un mes en planificarla, seis minutos en hacerla”, se ríe.

Un mes de preparaciónLa luna dorada fue la recompensa.

“A medida que vas estudiando, tu cabeza empieza a pensar de otra manera, ves las cosas de otra forma. Te doy un ejemplo: hoy venía viajando y pasé por Cutral Co. Hay una casa abandonada metida doscientos metros hacia adentro y la luz de las seis de la mañana es perfecta para tomar fotografías. No tenía la cámara pero ya sé que la próxima tengo que pasar quince minutos antes y esperar las condiciones. Es una cuestión de planificación”.

Tormenta eléctricaEn búsqueda del momento perfecto.

“En la CPF está lleno de posibles fotos espectaculares pero por temas de seguridad no entro con la cámara. Aunque también tengo un drone y he tomado imágenes hermosas con el sol cayendo y todo lo que flota en la atmósfera como filtro. No lo uso para eso pero cuando se necesita una imagen específica (por ejemplo un relevamiento de alguna zona donde haya que hacer un camino) me la piden”. Insiste en que no utiliza la cámara para trabajar. Solo el placer de conseguir la foto perfecta. ¿Cuál sería? Piensa unos instantes: ”Mi sueño es un puma en estado salvaje o un caballo con la luna de fondo”. Sería un instante perfecto, inmortalizado por un ojo inquieto, en constante estado de aprendizaje.

En vueloUn paseo aéreo en el amanecer de la CPF.

Experiencia Fortín de Piedra

La energía nos conecta