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Invertir en baterías de larga duración

TechEnergy Ventures es uno de los inversores que apoya a Quino Energy, una start-up que tiene como objetivo llevar al mercado una solución para minimizar la intermitencia que caracteriza a las energías eólica y solar. El producto fue desarrollado por un equipo de investigadores de Harvard.

TechEnergy Ventures, el fondo de inversión para las iniciativas de la transición energética, está convencido de que las nuevas tecnologías desempeñarán un papel fundamental en el camino de la transición energética. Uno de los negocios verticales del fondo (Clean Power, que engloba las Renovables, el Almacenamiento de energía de larga duración, las energías geotérmica, nuclear y otras) identificó a Quino Energy, una start-up que ha estado trabajando en el desarrollo de una innovadora batería de tipo Redox-Flow Battery (RFB). Sus indicadores claves de rendimiento (KPIs) son muy prometedores en cuanto a la disponibilidad de materiales, costos de capital, robustez y duración. Una de sus principales características es que los compuestos activos, si bien son de naturaleza orgánica, existen en una solución acuosa. El concepto fue desarrollado originalmente por un grupo de expertos en materiales y químicos de Harvard, dirigidos por Miguel Aziz y Roy Gordon de la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas John A. Paulson de Harvard y del Departamento de Química y Biología Química

Marco Tivelli, Chief Technology Officer en la División de Transición Energética de Tecpetrol, explica cómo decidieron invertir en RFBs y, en particular, en la tecnología de Quino Energy. “La configuración de las baterías de flujo de reducción-oxidación permite escalar potencia (W) y energía (Wh) de forma independiente (la configuración de las baterías de iones de litio no permite este desacople), lo que resulta esencial para optimizar los costos de los sistemas de almacenamiento de larga duración. Dentro de las baterías de flujo ya existentes, Quino tiene la particularidad de utilizar materiales abundantes y de bajo costo. Además, la tecnología se caracteriza por sus capacidades de auto-regeneración para las especies químicas activas que, si se validan a escala, producirían una batería de larga duración muy robusta económica.

Las baterías de Quino están diseñadas para durar mucho tiempo (más de 10 horas), por lo que pueden ser el complemento ideal para las energías solar y eólica, minimizando su típica intermitencia. “Las energías renovables (solar y eólica) desempeñaran un papel de importancia creciente en la descarbonización de la red eléctrica, pero dada su inherente intermitencia, los operadores de la red se ven obligados a implementar sistemas de almacenamiento de energía que deben ser sostenibles y asequibles. Hasta el momento, no se ha podido comprobar la viabilidad de soluciones rentables a escala capaces de durar más de 10 horas, que es precisamente el objetivo de Quino”, remarcó Tivelli.

Según los ejecutivos de Quino Energy, “El costo de la electricidad proveniente de fuentes renovables ha bajado tanto que ahora, la principal barrera para lograr una mayor proporción de estas energías en nuestra matriz es su intermitencia. Un sistema de almacenamiento seguro, escalable y rentable podría resolver este problema". 

"Se puede pasar dos o tres días sin viento en un patrón de clima típico, y ciertamente vas a pasar ocho horas sin la luz del sol, por lo que tener acceso a una duración de descarga de una potencia nominal de 5 a 20 horas puede resultar muy útil. Es el punto óptimo para las baterías de flujo, y asimismo creemos que pueden ser especialmente competitivas frente a las baterías de iones de litio que tienen menor duración”, afirmó Quino Energy en un comunicado de prensa.

La hoja de ruta de desarrollo de Quino Energy incluye la construcción de una planta piloto de 400 kWh, prevista para entrar en operaciones en la primera mitad del 2024. “El desarrollo de la tecnología se encuentra actualmente en un TRL 4 (nivel de preparación tecnológica 4, que significa que la tecnología ha sido validada en laboratorio), por lo que aún queda un largo camino por recorrer para llegar a la madurez comercial del producto (TRL 9). Es una inversión de primera ronda para la empresa, pero confiamos en que las futuras rondas nos encuentren trabajando con financiamiento adicional a medida que se cumplan los hitos de desarrollo", explicaron en la empresa.

El Departamento de Energía de EE.UU. (DOE, por sus siglas en inglés) asignó un subsidio de US$4,58 millones al emprendimiento, que se suma a la ronda inicial recientemente concluida de Quino, durante la cual la compañía recaudó US$3,5 millones de un grupo de inversionistas, incluido TechEnergy Ventures. 

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