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Juntas contra los estereotipos

Colaboradoras de distintas operaciones de Tecpetrol cuentan sus experiencias alrededor del desafío que implica ser mujer en la industria, en el Día Internacional de la Mujer en la Ciencia.

Marcar el 11 de febrero en el calendario brinda una ocasión para pensar la igualdad de género en las ciencias y carreras técnicas. Ese día fue proclamado en 2016 por la ONU como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, con un doble propósito. Por un lado, busca poner en evidencia la brecha de género en las oportunidades de estudio, de empleo y en la promoción a cargos de liderazgo —y el beneficio económico asociado—, pero también señalar el rol de las mujeres como agentes de cambio en temas críticos para el desarrollo. Como este 2022, en que la conferencia lleva como consigna "Equidad, Diversidad e Inclusión: El agua nos une".

Según datos de la ONU, las mujeres suelen recibir becas de investigación más modestas que sus colegas masculinos y, aunque representan el 33,3% de todos los investigadores, sólo el 12% de los miembros de las academias científicas nacionales son mujeres. En campos de vanguardia, como la inteligencia artificial, uno de cada cinco profesionales (22%) es una mujer. Y aunque está comprobada la necesidad de personal calificado en tecnología, las mujeres siguen representando sólo el 28% de los diplomados en Ingeniería.

“Si nos remitimos a la cantidad, la brecha existe: si en la oficina hay un 60% de mujeres, en el campo la relación es 99 a 1”, señala, contundente, Angie Manrique (28 años), de Ingeniería y Facilities en Colombia. Como Ingeniera de Petróleos con dos años de experiencia como Joven Profesional en la industria de Oil & Gas, le tocó abrir un camino. “Cuando ingresé a Tecpetrol y estuve el primer año en la oficina, era la única del sector, porque ninguna mujer estaba trabajando en Operaciones”, contó en conversación con Tecpetrol Hoy. “Al principio fue chocante para ellos, porque se contenían de hacer algunos comentarios o chistes pero poco a poco me fui abriendo entre ellos”, detalló. Aunque hoy, cuando necesitan ciertas tareas como elaborar una presentación se la asignan a “la niña” porque “ella lo va a hacer bien”.

Solo un par de años antes, Yael Bernardi (31 años), geóloga con base en Comodoro Rivadavia, había tenido una entrevista laboral con el gerente de unas de las empresas de control geológico en la zona y recibió un no por respuesta: “Mira, no tenemos tráilers adaptados para mujeres y sabes que siempre se comparten”. Aunque hoy, cuando la mayoría de las compañías usan habitáculos individuales para el trabajo de campo, aquellas palabras expresaban algo más. “La respuesta te da la pauta de que no había más mujeres trabajando en esa área, con las que pudiera compartir el espacio”, agrega. En los últimos cinco años, aclara, los cambios son notables. 

Para Carolina Gualavisí (38 años), con 15 de experiencia en el sector petrolero, en sus inicios la distinción era presentada como una cuestión de logística. “En Ecuador, era rarísimo ver una mujer en campo, eran taladros completos de hombres y decían no envíen mujeres porque no tenemos dónde ubicarlas”, cuenta la actual Ingeniera de Reservorios en Pardaliservices. “Comencé mi carrera en otra empresa y prefería mil veces descansar en la camioneta que te transportaba porque realmente no había dónde quedarte”. Aunque admite que hoy las condiciones son muy diferentes, “todavía falta mucho camino por recorrer”. 

La universidad, un ámbito en transición

Si bien no hay restricciones para mujeres en la universidad, y en los últimos años aumentó su matrícula en las carreras técnicas, el cambio cultural en marcha atraviesa una transición. “En dos clases tuve profesores que les costaba entender: se asombraban que hubiera tantas mujeres y nos felicitaban, porque en su experiencia no las habían visto en el campo, pero a la vez decían que la perforación era un trabajo duro —por las largas jornadas— y que ellos sabían que las mujeres se dedicaban a otros sectores, porque no les gustaba estar en un sitio con muchos hombres”, comenta Angie Manrique, graduada de la universidad industrial de Santander, en Colombia. 

La distinción que llega a través de comentarios y nada tiene que ver con las capacidades, está vinculada en muchos casos a las distancias generacionales. “Ustedes las mujeres se tienen que dedicar solamente a investigación”, recuerda Yael Bernardi que repetían algunos profesores en la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, en Argentina. También que en las anécdotas de su padre, con 30 años de experiencia en el sector, solo escuchaba nombres de varones. Sin embargo, recibió su apoyo para avanzar en la carrera. “Creo que estamos en una transición y que en un par de años más se va a ver este cambio”, agrega.

Por un futuro empoderado

“Cada día se habla más de la cuestión de género y ha habido un avance, pero los estereotipos no desaparecen”, señala Angie Manrique, quien se ha ganado el respeto de sus compañeros, en su mayoría varones, pero quisiera que más mujeres trabajen a la par. “Sabemos lo difícil que es la inserción de la mujer en la industria. Por eso nuestro programa +d —que trabaja la diversidad y la inclusión en su más amplio espectro—, nació hace más de dos años para brindarles herramientas para que puedan desplegar todas sus capacidades y puedan ser reconocidas por eso, minimizando los sesgos de género que pudieran existir en Tecpetrol”, dice Julieta Vieytes, gerenta de Recursos Humanos de Buenos Aires y Cono Sur y miembro de la governance +d. En este camino, Tecpetrol implementó el proyecto de Mentoreo, los Círculos Lean in Together, maternity coaching, los encuentros intergeneracionales, los webinars de acompañamiento emocional, entre otras iniciativas. Y las cifras hablan de por sí solas: durante 2021, el 30% de los ingresos en todas las operaciones fueron mujeres, el 41% de ellas en posiciones técnicas.

Para Yael Bernardi, este Día Internacional ofrece la oportunidad de pensar en el tema, y recuerda su participación en un foro de profesionales de Neuquén con una decena de chicas que estaban en los últimos años de la carrera técnica.  “Entonces quise resaltar que nosotras siendo mujeres podemos tomar decisiones, y eso es importante porque el otro te escucha, y siempre se puede debatir y trabajar en equipo”, remarcó en esta oportunidad. “Que tengan en cuenta que nosotras también tenemos peso acá adentro”.

Aunque las mujeres siguen encontrando obstáculos, Angie Manrique va por el camino de las convicciones. “Les diría que no tengan miedo, que cada vez la gente está más consciente de que una mujer tiene las mismas capacidades, que hagan lo que les guste, y poco a poco se va a ir cerrando esta brecha”.

Entre los programas de +diversidad, alrededor de 30 colaboradoras de Tecpetrol participaron de los Círculos Lean In Together, encuentros en los que hombres y mujeres discuten y elaboran sobre la diversidad y la inclusión. Estos Círculos también buscan fortalecer a sus participantes a través del networking, la colaboración entre diversos perfiles y detectar los sesgos en diferentes situaciones de trabajo.       

Carolina Gualavisí fue una de las participantes de los webinars intergeneracionales organizados por Tecpetrol University, en el que fue la única mujer en el de Reservorios. Para ella, son cruciales estos canales de expresión. “Se deberían abrir más mesas de diálogo como estas, donde nosotros como mujeres profesionales podamos contar nuestra experiencia y reforzar esto que venimos hablando, de ver como algo natural que no hay diferencias de género, y sentir que la mujer es partícipe dentro de esta industria y de la sociedad”. Y le puso una ficha a la confianza para avanzar en este camino, “y ahora en nuestra posición como profesionales también abrir las puertas, ser solidarias”.

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