En la flamante CPF del campo Pendare, en Colombia, se trata el crudo con un nuevo proceso de deshidratación. José Zarante, supervisor de Producción, explica el proceso.

La zona de los llanos orientales de Colombia, donde se encuentra el campo de producción Pendare, se caracteriza por reservas de hidrocarburos de alta densidad. El petróleo del área es un crudo semipesado: necesita alta temperatura para lograr la separación del agua y un proceso de deshidratación específico para tratarlo y llevarlo a las condiciones óptimas para su comercialización.

En diciembre del 2021 la operación experimentó un salto cualitativo: se puso en marcha la nueva CPF (Central Processing Facility o CPF), que marcó el inicio de una nueva manera de tratar el crudo. El proceso de deshidratación del petróleo, que hasta ese momento usaba vapor de agua, fue reemplazado por la implementación del sistema de calentamiento con aceite térmico.

Lo innovador de este sistema consiste en el uso de aceite mineral, que tiene mayor capacidad de transmisión de calor, y en el aprovechamiento de los gases emitidos por los generadores eléctricos. En la actualidad, hay cuatro generadores de 1.4 megas de potencia que “producen una gran cantidad de gases de escape, ya que se aprovechan esos gases que tienen un alto poder calorífico: no se envían a la atmósfera, sino que se conducen por ductos para entrar a cuatro contenedores donde se encuentran los economizadores, también llamados, unidades recuperadoras de calor” desarrolla José Zarante, supervisor de Producción de la compañía.

Están compuestas por un armazón que contiene un serpentín, que es un tubo en espiral por el que circula el aceite térmico: los gases calientes que transitan a su alrededor lo calientan. Cuando el aceite adquiere la temperatura requerida se conduce al intercambiador de calor que se ubica en otro contenedor. En ese momento, las líneas que transportan el crudo reciben el calor del aceite térmico. En un ciclo cerrado, el aceite que ha transferido el calor y que por lo tanto luego pierde temperatura, retorna y vuelve a entrar al circuito por las unidades recuperadoras de calor e iniciar el recorrido una y otra vez.

Beneficios y sostenibilidad ambiental

De esa manera, el nuevo proceso de deshidratación del crudo en el campo Pendare elimina el consumo de agua de fuentes aledañas al proyecto  para la generación de vapor y reduce el uso de diésel, factores que aportan en la conservación del medio ambiente: al reutilizarse los gases se disminuyen las emisiones de gases de efecto invernadero y adicionalmente se conserva el recurso hídrico, vital para la comunidad de Cuernavaca, vecina al proyecto.

Además, se optimizan los recursos económicos de la operación al reducir el tiempo de tratamiento del crudo para llevarlo a condiciones de venta y disminuir la inyección de rompedores de emulsión para el agua. Es otro de los pasos que da Tecpetrol Colombia en su senda de promover e invertir esfuerzos para operar de manera cada vez más eficiente y sustentable. José Zarante, en esa línea, es terminante: “se trata de realizar nuestras operaciones cada vez con más conciencia y siendo más amigables con el medio ambiente”.