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 “Todos podemos”: cómo es trabajar en el yacimiento con una discapacidad

Eliana Leiva perdió la audición al nacer y en diciembre cumple 25 años en el área de Reservorios de El Tordillo. En la semana de la hipoacusia y la lengua de señas, ella misma cuenta su historia.  

Soy hipoacúsica desde muy chica, tal vez de nacimiento. Estuve en riesgo al nacer, no respiraba, mi cuerpo estaba morado y no había tubo de oxígeno en la sala. Fueron varios minutos en amnea, con la respiración en pausa, hasta que una médica me practicó respiración boca a boca y eso me salvó la vida. El episodio me causó la pérdida de audición y tenía cinco años cuando estudios más complejos confirmaron que era permanente. La noticia shockeó a mi familia, obviamente, pero siempre le pusimos la mejor actitud. En definitiva, todos llevamos cicatrices. Alivia sonreír y darle la importancia que se merece. Esta carencia me hizo fuerte y aprendí a agudizar otros sentidos.

Soy de Comodoro Rivadavia, Argentina, y vengo de una familia trabajadora del petróleo desde mis abuelos. Mi papá trabajó 35 años en El Tordillo como ingeniero mecánico. Por eso para mí es un orgullo trabajar en Tecpetrol. En 1997 ingresé como pasante en el sector Reservorios. Entonces la compañía colaboraba con la asociación civil Machín, vinculada a la discapacidad, donde yo llevaba tres años formándome para la inclusión laboral y fue ahí donde surgió la posibilidad de trabajar en el yacimiento. Aprendí todo lo que sé de la industria petrolera gracias a Tecpetrol.

Eliana Leiva ingresó en Tecpetrol en 1997 como pasante en 1997desde entonces trabaja en el yacimiento El Tordillo.

Para comunicarme no uso audífonos, no pude adaptarme; tampoco un implante coclear. No me ayuda que me hablen en voz alta, pero sí el lenguaje corporal y los gestos, que me hablen de frente para que pueda ver sus labios. Ahora estoy empezando nuevos estudios y controles para probar otro aparato.

En el trabajo la comunicación desde y hacia mí es un desafío. El primer día entendí que somos un equipo, en el que cada engranaje debe funcionar a la perfección para que todo sea efectivo. Con los más cercanos tengo un buen diálogo, y aunque nos cuesta un poco más entre los que no tenemos un trato diario siempre ponemos lo mejor de ambas partes para llegar a comunicarnos. Por mi parte, como decía, leer los labios y preguntar de nuevo si no entiendo lo que me dicen. Lo importante es confirmar si el mensaje llega o hay que abundar en recursos para que se comprenda por completo lo que se busca decir. En la interacción suma lo audiovisual como los gráficos, las pizarras y en esta época de lo virtual el subtitulado en videollamadas me sirve para complementar las devoluciones y comprender los mensajes. Y preguntar hasta entender. La comunicación es un arte y con cada vínculo busco mejorar todos los días. Además soy tímida, pero mis compañeros me contienen y respetan mis tiempos y mis estados.

Tanto en lo humano como en lo técnico aprendí de las personas. Fui transitando mi aprendizaje a otro ritmo, pero siempre hacia adelante. Y mis compañeros, entre los que incluyo a mis jefes, siempre me brindaron su generosidad, comprensión y su confianza. Así fui transformándome en lo que soy; y hoy puedo contribuir al negocio desde mi lugar. Crecimos juntos en fortalecer vínculos, conocimiento y comunicación. Solo palabras de agradecimiento tengo para cada uno de ellos.

“Somos un engranaje que debe funcionar a la perfección para que todo sea efectivo” contó Eliana Leiva.

Aunque hasta ahora no tengo relación con la lengua de señas, con mi novio queremos estudiar, porque aunque tal vez no lo sentí útil para mí creo que en el futuro va a surgir ese compromiso hacia otros.

Y también para el futuro me gustaría que más personas adultas con discapacidad puedan incorporarse al mundo laboral. Tenemos habilidades diferentes pero no estamos limitados a hacer determinadas tareas. Con gente que nos contenga y apoye, todos podemos.

*Eliana Leiva tiene 47 años, es Geotechnician, Desarrollo Reservorios, vive con su pareja y le gusta salir a caminar, ir a la playa y pasar los fines de semana en familia.

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