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Entre pozos y pantallas: la vida de dos ingenieros de producción

Sus historias, reflejadas una en la otra a pesar de la distancia, muestran cómo el dinamismo del sector energético y el espíritu de equipo trascienden fronteras, impulsando de manera sincronizada la innovación y el crecimiento personal en una industria que nunca duerme.

El sol apenas despunta cuando Matías Lloret, Production Engineering Specialist, cruza la puerta de la oficina en Fortín de Piedra, Vaca Muerta, Argentina. El mate en una mano y la mochila en la otra, mientras saluda a sus colegas en el recorrido por el pasillo que lo lleva hasta su escritorio en Operaciones. “Lo más desafiante que tiene, tanto Tecpetrol como el sector, es el dinamismo. A veces no es fácil esa vorágine de temas que van avanzando en paralelo. Requiere de mucho esfuerzo y constancia. Pero quienes formamos parte damos el 100% de lo que somos porque hay un sentimiento de amor y orgullo por lo que hacemos, por el equipo”, asegura, subrayando la dedicación que exige el día a día.

Análisis de jugadas en equipo para lograr el gol en Ecuador.-

A más de cuatro mil kilómetros de distancia, la jornada de Andrés Caicedo, Production Engineering Specialist, comienza antes del amanecer en Ecuador. A las 5 en punto, ya está frente a su computadora, revisando los datos de los pozos en línea y coordinando con su operadora antes de sumergirse en las tareas de campo. Su rutina, aunque diferente en latitud y longitud, refleja en espejo el compromiso y la rutina de Matías. “Es un trabajo dinámico, pero en general empieza con análisis técnicos. Luego tenemos una reunión con todo el equipo y, además, desayunamos. Nos contamos las novedades: sobre lo que estamos haciendo, lo que tenemos pendiente y en lo que vamos a enfocarnos durante el día. Y a las 6:30 de la mañana, ya estamos listos para las actividades de campo”, cuenta y agrega también que encuentra en el clima laboral un apoyo constante.

Cinco años pasaron desde que Matías se unió a Tecpetrol, y en cada rotación por los distintos sectores de la Cuenca Neuquina, construyó vínculos que hoy considera una extensión de su familia. “Tecpetrol es parte de mi vida. Afrontás los desafíos de una forma distinta cuando al grupo con el que trabajas, lo mueve algo que va más allá de lo laboral. Así lo siento a Tecpe, cercano, que se transforma en parte de uno”, asegura. Andrés asiente y lo reafirma. Del mismo modo, a lo largo de sus años en la empresa, también forjó relaciones que trascienden lo laboral, sintiendo a su equipo como una segunda familia. Los dos ingenieros trabajan 14 días en campo y 14 días vuelven a su hogar.

After office entre Matías y sus colegas de oficina. -

Aunque separados por miles de kilómetros, ambos comparten una rutina casi idéntica: analizan datos, recopilan información, estructuran propuestas, piensan cómo optimizar la producción del campo, supervisan actividades en cada pozo y enfrentan situaciones que solo ellos conocen. Matías encuentra en la resolución de problemas técnicos un motor que lo impulsa a dar lo mejor de sí. “Me encanta hacer análisis, buscar soluciones y llegar a una conclusión después de haber estudiado distintas variables”, confiesa, revelando la pasión que lo guía en cada decisión que toma. Andrés, reflejando ese mismo espíritu analítico, comenta: “Trabajamos en una industria con operaciones de riesgo que nos obliga siempre a dar todo en cada paso, a hacer las cosas de la mejor manera para que no ocurran incidentes, a pensar las variables más seguras”, enfatizando así la importancia de la precisión en cada tarea que realiza.

Al final del día, Matías cierra su jornada con una charla distendida con sus colegas que también se quedan en la oficina y valora esos pequeños momentos de desconexión que le permiten recargar energías para lo que vendrá al día siguiente. Del otro lado del continente, Andrés encuentra un momento similar de relajación, disfrutando de hacer ejercicio o jugar al fútbol, demostrando que, sin importar la geografía, el valor del compañerismo y la desconexión es universal. Ambos, desde cada yacimiento, saben que la verdadera fortaleza no reside solo en la tecnología o en los recursos naturales, sino también en las personas con quienes comparten su día a día.

Experiencia Fortín de Piedra

La energía nos conecta