Con mayoría de espectadores niños, pero con películas para toda la familia, se realizó una nueva edición del Festival de Cine de la Cuenca Neuquina, para llevar el séptimo arte a lugares donde no está. 

La pantalla gigante al fondo, detrás del escenario del Centro Cultural Sánchez Carrillo, es una huella de la sala cinematográfica que allí mismo funcionó hace muchos años. El cine Cotecal, fundado por la cooperativa creada en 1972 por un grupo de vecinos que soñaban con tener teléfono en la localidad petrolera de Catriel, ya no tiene proyector ni butacas. Pero el espacio para 500 personas donde hoy se hacen ferias y exposiciones revivió su espíritu para el Festival de Cine de la Cuenca Neuquina, un evento que desde 2018 se realiza en las localidades cercanas a las operaciones de Tecpetrol.

“Después de una pausa debido al aislamiento por la pandemia, volvimos a entrar en contacto con los municipios, cuyas áreas de cultura son organizadoras en conjunto del festival con Tecpetrol y Fundación Proa, que facilitan las películas y nos guían en la producción”, detalló María Laura Mastromauro, Community Relations Lead Supervisor en Neuquén.  

En Catriel, pero también en Senillosa, Rincón de los Sauces y Neuquén, se invitó a la comunidad a participar de las proyecciones de películas para toda la familia con eje en la producción nacional, algunas infantiles, que se desarrollaron entre el 5 de abril y el 6 de mayo.

“El objetivo es poder brindar una experiencia abierta y gratuita para la comunidad, que sea también una actividad cultural en lugares donde no hay cines”, completó Laura, quien destacó la coordinación con los municipios de manera que el festival coincidiera con las agendas culturales locales. Y para anunciar a la comunidad las películas que propuso Proa, fundación cultural que tiene un área de cine. 

La comedia dramática Hoy se arregla el mundo, La odisea de los giles y la película Mundial sobre Qatar 2022, están entre los títulos que cada municipio seleccionó en función de los intereses de su comunidad. “No proyectamos estrenos sino películas clásicas de los últimos tiempos, portadoras de un mensaje”, agregó Mastromauro. “Para muchos de los chicos fue su primera vez en el cine”.

Así como en Catriel había pantalla, en Rincón de los Sauces funciona un cine en la casa de la Cultura, mientras que en Senillosa se oscureció un SUM para el disfrute de los espectadores. En cada locación, el día de la función llegaban los camiones con las butacas, las estructuras para montar la pantalla gigante con tiempo de tener todo listo para cuando comenzaban a crecer las filas.

Por orden de llegada, las familias se acercaban con expectativa a ver alguna de las películas para los más chicos: Cars, Encanto, Intensamente, algunas de la saga Toy Story, y la entrañable Luca, y disfrutar de los pochoclos y jugos que un par de malabaristas en zancos les compartían, para que la experiencia del cine sea completa.