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Una historia de sueños y oportunidades

¿Qué pasa cuando a estudiantes aplicados y motivados se les otorga una beca? Te invitamos a leer las historias de algunos alumnos del secundario de Pacayacu, Ecuador.

Estudiar es también cumplir sueños. El de Carlos Salinas, de dieciséis años y estudiante en la Unidad Educativa Pacayacu, es convertirse en ingeniero mecánico industrial “y poner mi propio taller de reparación de máquinas industriales”. El de Oscar Benavides, de diecisiete, también va en esa dirección: “Quiero ser mejor día a día para tener mi título y mi emprendimiento”.

Estamos en plena Amazonía ecuatoriana. Es el acto de entrega de las becas Roberto Rocca. Es un momento especial porque es la primera vez que se entregan fuera de Argentina. Sus protagonistas son dieciocho estudiantes del segundo año del bachillerato de Pacayacu. Dieciocho realidades, dieciocho historias. Como la que nos cuenta Jhimmy Mulman Lalangui, de quince años, que cursa la especialidad informática: “Vivo con mis tres hermanas y mi madre. Tanto ella como mi padre nos apoyan en todo lo que pueden. Voy a clases por la mañana y a la tarde la ayudo en un puesto que tiene en la feria”.

Los certificados del examen de matemáticas.-

Pero, agrega, su futuro no está ahí: “Mi objetivo es estudiar y trabajar para pagar mi carrera universitaria, tener un título que me ayude a conseguir un buen trabajo y con eso una economía estable para mí y mi familia. El conocimiento es fundamental para triunfar en la vida, sin olvidar la humildad y esfuerzo”.

Porque las becas Roberto Rocca persiguen una doble inclusión. Por un lado, operan como apoyo al mérito. Por el otro, cumplen una función socioeconómica. Ese fue el motivo por el que aplicó Carlos Daniel Salinas Cordones: “Me motivó obtener una ayuda para poder seguir mis estudios y poder comprar materiales y tomarme el transporte”.

Darwin Vega, Community Relations Specialist en Quito, le cuenta a Tecpetrol Hoy que, en los papeles, el programa era más pequeño, una experiencia piloto, pero que se convirtió en otra cosa: “Causó mucha expectativa porque este tipo de propuestas no son habituales en nuestra zona”, dice durante el acto de entrega de las becas y los diplomas.

Concentración durante el acto de entrega de las becas.-

No es el único. La emoción de alumnos y padres ocupa todo el acto. Darwin sonríe y agrega, emocionado, que lo que más le gustó fueron las sonrisas de los alumnos y sus familias. Francisco Do Pico, Country Director Ecuador, se suma: “Siempre es muy gratificante ayudar a nuestras comunidades, especialmente cuando se trata de la educación de los chicos, y fue muy lindo conocerlos personalmente. Apuntamos a seguir con el programa en los próximos años, acompañándolos, y esperamos poder ampliarlo gradualmente”.

Porque la realidad sin los sueños sería aburrida: así funcionan el futuro, la motivación y los planes. “Quiero estudiar y tener mi título para poder conseguir todas las cosas que sueño, no solo en lo material, y quiero que mi familia se sienta orgullosa de mí, especialmente mi madre, que me apoya y es mi mayor motivo para seguir adelante”, sonríe Erika Nevarez Restrepo, de diecisiete. A su lado, Carlos también sueña despierto: “Quiero lo mejor para mis padres, darles una buena vida, ser un gran orgullo para mi familia, graduarme de la universidad y ser reconocido y exitoso. Me esfuerzo cada día para llegar a cumplir lo que tanto deseo”.

Los becarios y sus becas.Protagonistas de una jornada especial.

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