VER MAS NOTICIAS

Sanar con el corazón: conoce la historia de una doctora payaso

Como Dra. Alegría, Guadalupe González regala su tiempo y vitalidad a niños con cáncer en una tarea de voluntariado que resignificó su vida. 

El dolor más grande puede convertirse en un mundo mágico. El pabellón aislado que atiende a niños en tratamiento contra el cáncer se transforma en una nave transparente que atraviesa la galaxia, y el suero en el súper poder para salir victoriosos.

“Por un momento se olvidan lo que les está pasando”, concede con una sonrisa a Tecpetrol Hoy Guadalupe González Alegría, Commercial Specialist de la Central Eléctrica Pesquería (CEP). Su trabajo voluntario como doctora payaso, donde se la conoce como Dra. Alegría, comenzó por una inquietud personal y creció a través de capacitaciones para poner su “parte divertida” al servicio de los demás.   

Ingeniera en Sistemas con una maestría en Administración de Negocios, González Alegría lleva tres años en el área Comercial de la Central Eléctrica Pesquería, en Monterrey.

“Mi voluntariado comenzó hace unos años cuando estaba en Villahermosa, Tabasco, en una empresa de servicios, y me vinculé con una asociación que ayuda a niños con cáncer”, cuenta. “Y le pedí al departamento de RRHH permiso para hacer una recolección de tapitas de plástico”, agrega.

De la venta a un reciclador obtuvieron recursos para comprar insumos de quimioterapia y el suplemento que los niños necesitan para reponer fuerzas.

Un recolector de tapitas con forma de corazónpermite ayudar a adquirir insumos.

“Cuando descubrí que a las personas que experimentamos alegría nos puede aumentar las defensas me certifiqué primero en risoterapia. Hice lo mismo como cuentacuentos hasta que conocí a la filial mexicana de la Asociación Patch Adams, y desde allí comencé a hacer visitas a hospitales”, relata esta doctora payaso, que viste bata de médico, nariz roja y objetos vistosos. No hace falta maquillaje ni ser médico para hacer estas visitas de a dos, en encuentros aleatorios de entre 30 minutos y dos horas, que ponen atención en no generar vínculos.

Cuéntame tu historia

“Pasé por un carcinoma en la tiroides a los 25 años, estuve en coma, con un proceso de recuperación muy largo y doloroso, que me llevó mucho más tiempo asumirlo, comprenderlo y poder asimilarlo. Al estar allí vi a la población de niños, que son los más vulnerables y la enfermedad les causa mucho sufrimiento”, relata Guadalupe. “Me siento una privilegiada de la vida, de haber resignificado mi historia y poner todo esto al servicio de otros”.

“Yo nací con el don de la alegría”, asegura. “Para ser un doctor payaso lo único que necesitas es poner al servicio del otro tu parte divertida, la que vamos olvidando: a no hacer locuras, a no equivocarnos, y nos volvemos racionales. Es volver a traer a tu niño interior, a reírte de ti mismo y jugar con el otro desde el lado clown para sanar desde el corazón”.

Notitas de luzla cartelera creada por los colaboradores en Sistema 3.

Yo nací con el don de la alegría”, asegura. “Para ser un doctor payaso lo único que necesitas es poner al servicio del otro tu parte divertida, la que vamos olvidando: a no hacer locuras, a no equivocarnos, y nos volvemos racionales. Es volver a traer a tu niño interior, a reírte de ti mismo y jugar con el otro desde el lado clown para sanar desde el corazón”.

Además del corazón de recolección de tapitas, organizó una charla para padres sobre cómo reconocer síntomas de la enfermedad en niños. Y aunque la pandemia convirtió las visitas en virtuales, pudieron llegar a muchos lugares lejanos, en encuentros en los que aprendieron otras formas de comunicar afecto.  

En su primera acción voluntaria, en Tabasco, compartió iniciativas con sus compañeros de Sistema 3. “Siempre encontré mucha empatía, les contaba de los niños, la mayoría son de bajos recursos, y juntos armamos lo que llamamos Notitas de luz: en una pizarra todos colaboraron pegando en post it mensajes de ánimo para los niños. Luego la doctora Silvia Cano lo enmarcó y lo ubicó en la entrada, para que puedan leer esa buena energía que les estaban enviando desde aquí”. En la Central Eléctrica Pesquería ya está en marcha el proyecto de colocar un corazón para recolectar tapitas.

Como Lupita Alegríala ingeniera en Sistemas visita a niños con cáncer durante su tratamiento.

Experiencia Fortín de Piedra

La energía nos conecta