Nuestro CEO Ricardo Markous fue uno de los oradores, junto con otros líderes de la industria, en el VI Fórum Nacional de Energía de una asociación de líderes.

El jueves 9 de mayo se desarrolló este un foro enfocado en energía, organizado por el Grupo de Líderes Empresariales de Argentina, LIDE: toda la industria del petróleo y del gas se reunió para abordar los desafíos y complejidades que enfrenta el sector en el país.

Ricardo Markous realizó la apertura del encuentro, en el cual luego participaron, entre otros, por Javier Martínez Álvarez, presidente de Tenaris Cono Sur, Alejandro Bulgheroni, presidente de Pan American Energy Group, Horacio Marín, presidente y CEO de YPF, además de funcionarios y autoridades.

Nuestro CEO comenzó hablando de la actual importancia del petróleo y el gas para un mundo marcado por retos y oportunidades y por la necesidad de los países de tener “seguridad energética”. Recordó lo que se plasmó en muchas de las exposiciones del CERAWeek en Houston hace dos meses: los tiempos de la transición energética para consolidarse se prevén más largos, y en este marco la Argentina adquiere otra dimensión: “El país tiene una ventana de producción mayor que la imaginada para desarrollar el gran recurso de Vaca Muerta”.

“La proyección que hicimos es duplicar la producción argentina para 2030, alrededor de 1.5 millones de barriles, cuya mitad será de Vaca Muerta, que tanto en petróleo como en gas genera más del 50% de la producción del país y a la que hay que sumarle la exportación a países vecinos. Si las previsiones se cumplen llegaríamos a la próxima década con una balanza comercial de más de 25 mil millones de dólares”.

“El impacto de Vaca Muerta en el país es extraordinario. Nos preguntamos: ¿Esto se puede hacer? La primera respuesta es siempre sí. La calidad de la roca es impresionante. Un pozo promedio, respecto a uno de Estados Unidos, produce en dos años más que los pozos de la cuenca estadounidense de Permian, por dar un ejemplo. En gas ocurre algo similar. Y además, Argentina aprovechó estos años la experiencia norteamericana, líderes en fracking, para aprender y achicar la curva de aprendizaje. Estamos construyendo pozos en menos de 20 días y pasamos de 4 a 10 en cantidad de fracturas”.

Es un camino que estamos recorriendo entre todas las empresas. “Para que el ramp-up sea más rápido hace falta reinvertir y además traer capitales de afuera. En petróleo, para aumentar la producción, tenemos un par de barreras: una es construir los ductos, que harán los privados. Y podremos exportar sin limitaciones de infraestructura.” ¿Y el gas? El gas es puro futuro: “En la década del 90 hicimos los gasoductos a Chile: Gas Andes, Norandino, Atacama, Entre Ríos, Brasil-Uruguayana. Gracias a Vaca Muerta, esos gasoductos se están llenando de nuevo. Cuando se termine la reversión del Gasoducto Norte vamos a reemplazar importaciones de Bolivia. Estamos trabajando para exportar a Brasil. Tenemos un rol geopolítico para jugar en América del Sur y entre 300 y 350 TCF (trillones de pies cúbicos) de reservas, cuando el consumo anual argentino es de 1.8 por año. Sumando Chile y Brasil son 2.4 TCF. ¿Qué hacemos con eso? Monetizarlo, es un proyecto que tendrá que ser colaborativo entre empresas y que agregará más reservas y divisas al país”.

“Tenemos todo: la necesidad de aumentar la producción, la roca extraordinaria, la experiencia de las empresas operadoras, la capacidad. En Fortín de Piedra, Tecpetrol pasó en un año de producir cero a 15 millones de metros cúbicos por día. No sé si fue un récord mundial pero sí algo fuera de lo común. Argentina tiene gas para exportar a países vecinos y abastecer a todos. Eso me hace ser optimista de que el avión va a despegar, de que la turbina de la energía ya arrancó. No está al máximo, pero en eso estamos”.