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Una familia de festejo

El Tordillo, nuestro yacimiento estrella, cumplió ayer 30 años. La emoción de la jornada fue una justa medida del amor que la compañía tiene por su más antigua escuela de líderes.

Un evento muy emotivoRicardo Markous y la primera línea de Tecpetrol se reunieron en Buenos Aires.

Mucho se ha hablado de El Tordillo estos días. Más de lo que se habla regularmente. Es lógico. Cumplió 30 años y con él infinidad de procesos y líneas de trabajo de la compañía. Con él, decenas de líderes, directores, cientos, miles de operarios que comenzaron su carrera ahí, en un horizonte infinito, bajo el viento de Chubut, cerca de Comodoro Rivadavia, comunidad que fue creciendo a la par.

La ceremonia, parece una obviedad, fue transmitida vía streaming pero por momentos se sentía el calor de la tribuna, como si estuviéramos todos juntos en una fiesta: saludos, abrazos virtuales, alegría: los más de 400 participantes estuvieron activos y el chat se llenó de saludos, reconocimientos, reacciones de sorpresa cuando alguien veía a un ex compañero online, alguien con el que quizás hubiera compartido vivencias únicas y ahora lo reencontraba tras la pantalla. Porque esa fue la característica: la emoción, por sobre todos los otros sentimientos.

El Rifle Varela, conductor de la transmisión en vivo y en directo, fue el primero en captar esa sensación especial en el aire: emoción. Tanto, que condujo el evento utilizando el “Nosotros”, sintiéndose parte del aniversario.

La primera de las sorpresas para todos fue la transmisión en vivo desde El Tordillo, en medio de las bajas temperaturas de la cuenca chubutense. Leonardo Velázquez, co conductor de de la transmisión en el yacimiento, recorría por dentro las instalaciones del protagonista absoluto de la jornada. Todos en sus puestos, con sus EPPs en medio de tortas, globos. Las rutinas alteradas por única vez.

Con la conducción del Rifle VarelaEl vivo se repartía entre El Tordillo y Buenos Aires

Hasta que apareció el Coyote (Alejandro González). Y el poco freno que todos le habían puesto a la emoción se desbordó. Coyote habló de su vida laboral en El Tordillo. De sacrificios y peleas al viento, al clima, a los contratiempos. Pero hizo más que eso: su costado humano pudo más: “Es difícil no emocionarme, no pensar que esto es mi casa. Mi familia: donde uno se siente todos los días con ganas de venir, y compartir con este grupo no solo de compañeros, amigos, entrañables amigos.”

Pronto, la gran grilla de participantes que era ese Zoom cedió a los sentimientos. Podía sentirse la emoción en esas caras en silencio, algunos con barbijo, en sus puestos de trabajo, otros con algún hijo en el comedor de la casa, testigos de las palabras del Coyote, uno de esos compañeros que son marca registrada de la casa por su entrega, compromiso y pasión. Con compañeros así… ¿Cómo no exigirnos siempre más?

Era el momento especial para el primer video. El lado del día a día, de los que hombro a hombro durante estos desafiantes 30 años ayudaron a construir el sueño de todos: Juan, Eduardo, Alejandro, Óscar, Matías, Carlos, José, Marcelo, Alberto, Jorge, Alejandro, Guillermo, Raúl, Verónica, José, Gonzalo, Oscar, Santiago, Juan, Hugo alabaron la trayectoria del yacimiento, destacaron sus procesos, pero sobre todo agradecieron por lo aprendido, por la oportunidad laboral y por los afectos, los amigos, la compañía de todos estos años. Y una palabra que más que palabra es toda una declaración: familia.

Luego se homenajeó a través de un video a todos aquellos colaboradores propios y de contratistas que cumplieron 25 años o más en el yacimiento: Ana María Arana, Mónica Trincheri, Ariel Vera, José Luis Villalba, Eduardo Ojeda, José Águila, Marcelo Águila, Alberto Hermosilla, Jorge Salazar, Marcelo Rojas, Alejandro Balverdi, Guillermo Morales, Raúl Sepúlveda, Oscar Villivar, Santiago Caniza, Juan Fernández y Hugo Rearte.

También llegó el turno de los ex líderes, cuyos videos de salutación hicieron estallar el chat con abrazos, saludos, aplausos: ser director en una compañía como la nuestra significa mucho no solo desde lo profesional: significa haber estado en contacto con mucha gente durante muchos años, gente que demostró el cariño y el agradecimiento de todas las formas que les permitía la transmisión.

Los ex gerentes no desentonaron. Hablaron de metas, de eficiencia, tecnología, proyectos, superación y trabajo en equipo. Pero eso pasó rápido, porque pronto hablaron de alegría, de compañerismo, de pasión. Con alegre nostalgia Juan José Conti, Alexander Pineda, Raúl Tuvío, Marco Casolari, Ricardo Berra, Carlos Mamaní demostraron no solo con sus palabras sino con sus gestos de indisimulable orgullo cuánto había significado El Tordillo para ellos. Quizás sirvan las palabras con las que Juan José Conti cerró el video para dimensionar cuánto de familia tuvo y tiene nuestro yacimiento El Tordillo: “Quiero dejar un mensaje para los integrantes actuales de El Tordillo y sobre todo para los jóvenes: este es un lugar donde vale la pena poner el esfuerzo, la capacidad y la creatividad.”

El Rifle Varela, en la conducción, avisó que no iba a seguir el guion, sino que iba a improvisar, quizás atravesado por la emoción colectiva. Leandro Velázquez, en las instalaciones de El Tordillo, recorría las oficinas y, en todas, el escenario era el mismo: por primera vez en mucho tiempo, algunos dirían que en años, el trabajo se frenó durante 45 minutos. Hasta que llegó a la oficina donde lo estaban esperando Daniel Sauthier, director regional Argentina convencional, ex gerente del yacimiento que, emocionado, recordó anécdotas, momentos, y dejó dos palabras que representan estos 30 años: pasión y compromiso.

Desde El TordilloDaniel Sauthier y Ande Haile Selassie dieron sus mensajes.

Ande Haile Selassie, actual líder del área, agradeció a todos y subrayó las características de yacimiento escuela, impulsor de bienestar y desarrollo. Y ya todos estábamos listos para el final a toda orquesta, donde se alcanzó el pico máximo de emoción: en el escenario, con sus barbijos y su distanciamiento, todos los líderes de la compañía (Ricardo Markous, Andrea Rocca, Pablo Ledesma, Claudio Gugliuzza y Jorge Perczyk) escucharon a Horacio Marín, director general E&P, y unido por un lazo muy especial a El Tordillo, que avisó que había riesgo de llanto.

Y así fue: por momentos, el Rifle tenía que darle diálogo, darle aire para que la emoción lo dejara hablar. Con voz entrecortada por momentos, Horacio recordó estos 30 años, todo el esfuerzo técnico y humano detrás y, especialmente a Ricardo Pérez, ex gerente de El Tordillo, recordado por todos por su calidez humana y su conocimiento y aporte en cuestiones de liderazgo al proyecto. Así, le dejó el turno a nuestro CEO, Ricardo Markous: sus palabras finales, llenas de agradecimiento y pensamientos a futuro, así lo demostraron, y así lo demostró el público, aplaudiendo y saludando virtualmente.

Con un agradecimiento a todos y todas las personas que llenaron de historia estos 30 años, la celebración terminó: poco a poco el mosaico de fotos se fue apagando. Todos nos quedamos felices y con una sensación: imposible condensar en un solo acto tanto orgullo y tanta emoción.

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